Es un placer y una gran satisfacción para mí poder dedicarme a lo que realmente me gusta y apasiona, mi profesión. 

Voy a hablarte de mí, no para contarte lo bien que me va o lo exitoso que soy, sino porque una vez me conozcas es mi deseo ganar tu confianza y poder ayudarte.

Si para ti es importante mi curriculum o que me presente haciendo alarde de títulos, experiencia laboral, formación, publicaciones y distinciones no encontraras aquí lo que buscas.

Las opiniones de mis pacientes y su satisfacción son mi mejor aval (https://www.doctoralia.es) mi carta de presentación, aportando autoridad, credibilidad y veracidad a mi práctica médica. Ser eficaz y resolutivo tranquiliza.


Conocimiento, experiencia, paciencia y sentido común son los pilares fundamentales sobre los cuales desarrollo mi actividad médica, asociada a valores como el respeto y la honestidad hacia quién tiene un problema y sufre por ello. 

He pasado por lo mismo que tú, la misma angustia, el mismo dolor, se lo que se siente y por ello deseo ayudarte. 

¿Por qué me he especializado en el tratamiento del acúfeno/tinnitus, 
la hiperacusia y la misofonía?

Te cuento la historia...
Estres + Grillos + Agua y ajo

En el año 2004 comencé a padecer de ruidos en los oídos, técnicamente llamados acúfenos/tinnitus. 

Si estas leyendo estas lineas y has llegado hasta aquí, es porque probablemente tienes el mismo problema y a estas alturas ya sabes de qué va el tema... o tal vez no. Sea como sea, te recomiendo que le dediques unos minutos a leer esta historia, será tiempo bien invertido. 
 
Empezó un día sin más, en un instante, algo súbito, brusco, la sensación de oír grillos... 

Creía que mi cabeza explotaría. Busqué y busqué, pero nunca encontré los grillos… 

Al principio fue desesperante. La situación me generaba ansiedad y angustia a la vez que una gran frustración. Probé todo lo que te puedas imaginar para mejorar la situación, pero nada funcionaba.

Sin embargo, "gracias al acúfeno", termine descubriendo una parte de mí que no conocía y logré transformar aquel ruido en algo que con el tiempo me ha hecho más fuerte. 
 
Por aquella época atravesaba un mal momento, caminaba sin rumbo, totalmente desorientado, estresado física y mentalmente, emocionalmente hundido. 

Se habían sucedido grandes cambios en mi vida, tanto a nivel personal como laboral. Una “mudanza”, país incluido y un divorcio reciente. Esto a mis grillos no les importaba, la "orquesta seguía tocando" y yo me encontraba cada día peor. 

No eran solo mis problemas personales los que me creaban angustia, ansiedad y frustración, sino que la intensidad del acúfeno se disparaba cada vez más, al igual que la repercusión psicológica que ello me generaba.

Mi mundo conocido, el que yo controlaba, donde me sentía seguro, había desaparecido...

Tocaba iniciar una nueva etapa, en otro país, alejado de mi familia, mis seres queridos y los amigos de toda una vida, aunque con buenas perspectivas y grandes oportunidades por delante, pero también con mucha incertidumbre. 

Fueron momentos muy duros, de miedos, intranquilidad e inseguridad.

Vuelvo a los grillos... 

Se me realizaron todas las pruebas de rutina y protocolos para acúfenos y nada. Mi oído estaba perfecto y además en mi cabeza no había ninguna “desgracia" (tumor) que comprometiera mi salud. 

El diagnóstico final fue acúfeno subjetivo (solo yo lo oía) e idiopático (causa médica desconocida). 
Era lo esperado, esto es lo que sucede en el 99% de los casos.

Soy otorrino y lo sabía, no había nada por hacer o eso al menos era lo que me habían enseñado, lo que yo creía y lo que yo mismo había estado informando hasta el momento a cuanto paciente me había consultado por estos síntomas. 

AGUA Y AJO, a aguantarse y a joderse... Gracia ninguna... Risas las justas. 
 
Al principio el ruido fue la novedad, me costó mucho asumirlo y adaptarme. Un otorrino con acúfenos, vaya desgracia. Con el tiempo me fui habituando.

“Hazte amigo del ruido y sé feliz, o lo que puedas…”, esta era la respuesta que me daban los colegas que consultaba, la misma que yo daba a mis pacientes cuando acudían a mí por este problema. 
 
En el mejor de los casos les indicaba alguna medicación que, si tenían suerte, podía tener efecto placebo y les "acomodaba" algo la situación. 

El paciente se iba totalmente decepcionado, frustrado y sin soluciones. 
 
Igual de decepcionado, frustrado y sin soluciones me encontraba yo cuando mi acúfeno aumentaba su intensidad, lo cual me desencadenaba una ansiedad importante y difícil de controlar...

En el tiempo que siguió me dediqué a acudir a cuanto congreso, curso, charla o lo que fuera encontraba sobre el tema y siempre la misma historia… ”Se está investigando sobre distintos tratamientos, diferentes fármacos que podrían ayudar, experimentación en animales, distintas terapias con sonidos, láser, radiofrecuencia y bla, bla, bla… ”, pero de cara a lo práctico, de cara al paciente que tengo sentado frente a mí en la consulta y necesita soluciones urgentes, de cara a mí mismo como paciente, NADA QUE SE PUEDA APLICAR EN LO INMEDIATO PARA CAMBIAR LAS COSAS, nada que calme la angustia, la ansiedad, la tristeza y la frustración que esta situación provoca. 

O elegía muy mal los cursos que hacía y los médicos a los cuales recurría o no buscaba la información en el sitio adecuado; o tal vez las dos cosas, teniendo en cuenta que como te contaré más adelante parte de la solución que hoy conozco y aplico "lleva en el mercado" más de 30 años y yo no la conocía. 

Para mayor vergüenza no son archivos clasificados del FBI, la KGB o la NASA, que va... es información al alcance de cualquier mortal que quisiera encontrarla a un "golpe de click" y ordenador de por medio.

Cada vez que tenía que tratar a un paciente con acúfenos, hiperacusia o misofonía era una tortura, siempre condicionado por la falacia del "no tiene solución, no se puede hacer nada" y lo peor de todo, las explicaciones eran solo un quedar bien para salir del paso. 

Luego, en la intimidad, me sentía totalmente hundido y frustrado por no poder - saber ayudar a estas personas, empezando por mi mismo.  

Paso el tiempo y un día, por cosas del destino esta situación cambió…

Cuando estuve preparado para asimilar y entender ciertos conocimientos las respuestas aparecieron. 

Que curiosa es la vida, tanto tiempo buscando sin encontrar soluciones y de repente el día menos pensado todo se aclara...
Un libro misterioso + Un hombre valiente + 11 locos


En octubre del 2016 asistí al Congreso Nacional de Otorrinolaringología en Sevilla. 

La ponencia oficial de ese año correspondía al tema "Las patologías idiopáticas del oído y el entorno social", a priori un tema raro, aburrido y poco conocido, pero que no dejaba de ser interesante ya que desde hacía un tiempo me cuestionaba ciertas "verdades indiscutibles" referentes a mi especialidad. 
 
En realidad esta parte de la historia comienza dos meses antes, cuando por casualidad, que al final terminó siendo una causalidad, llegó a mis manos UN LIBRO, “Epigenética social del oído”. 

Yo no busqué el libro, el libro me buscó a mí, fue un regalo de una amiga. 
 
Hubo un antes y un después luego de leerlo, mi concepto sobre determinados temas cambió radicalmente. 
Dí un giro de 360º en mi forma de diagnosticar y enfocar el tratamiento de determinadas patologías.

Así fue como comencé a desarrollar una terapia, un método para el tratamiento del acúfeno, la hiperacusia y la misofonía, problemas que creía insalvables hasta ese momento, con unos resultados sorprendentes.  
 
El libro es totalmente rompedor, desafiante, cuestiona dogmas hasta ahora indiscutibles, la llamada "ciencia heredada". 

Los contenidos para muchos son una herejía en toda regla, rompen con lo establecido y abren nuestra mente para entender donde está el verdadero problema y por ende donde buscar la solución. 

Incorpora conceptos como epigenética, historia clínica psico-social, PAS (persona altamente sensible), influencia del medio social en el eje salud-enfermedad, PDA (paciente difícil de ayudar), estrés y adaptabilidad social entres otros, algo a lo cual pocas veces, por no decir nunca, se le había prestado atención en ORL. 

Ideas y conceptos que hasta ahora no había visto nunca plasmados en libros de mi especialidad.
 
Normalmente, a una presentación de ponencia oficial suelen asistir más de 500 personas y se corresponde con una de las conferencias más importantes, sino la más importante de todo el congreso nacional. 
 
Ese día para mi asombro y sorpresa éramos solo once personas, sí solo once... 
Once raros, frikis, ovejas negras, llámalo como quieras, pero solo once. 
 
Un dato curioso fue que entre los presentes no había ningún miembro de la comisión directiva de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL), tampoco nadie en su representación, algo inédito, raro y vergonzoso.
 
El problema no era la calidad de los ponentes, expertos con más de 25 años de experiencia en estos temas y autores del libro que había llegado a mis manos meses antes. 

En realidad cuestiones personales dentro de la SEORL y sobre todo el desinterés y cuestionamiento que generaban estos contenidos entre los demás colegas, fue lo que llevó a esta inaudita situación.
 
No podía entender como a la comunidad de otorrinos no les podía interesar lo que le sucede en España a más de 7 millones de personas que sufren los trastornos sobre los cuales trataba la ponencia. 
 
Terminada la exposición felicité al ponente y le dije literalmente hay que tener "los huevos muy grandes y bien puestos" para hacer lo que hoy usted ha hecho, presentarse en un auditorio de 1000 personas y dar una charla para "11 locos" sobre temas raros y que a pocos o a nadie interesan. 

El se emocionó, me lo agradeció y me dejó su contacto.
El despertar + Matrix + Sevilla tiene un color especial
El haber podido escuchar esta conferencia despertó mis sentidos y cambio mi percepción del problema, me explotó la cabeza, no ya por los grillos que allí seguían, sino porque comencé a ver una realidad que siempre había existido pero que yo no conocía, a la cual nunca le había prestado la más mínima atención, pero que siempre estuvo al alcance de mi mano. 

"Pastilla roja o pastilla azul". Tu eliges...

Esa conferencia fue "mi pastilla roja"... ¿Que no has visto Matrix? Ya estas tardando, te lo recomiendo. 
 
Fue así como durante el siguiente año todo lo vivido aquel día fue el motor que me impulso a buscar soluciones. 

Me dediqué a aprender todo lo que estaba a mi alcance aplicando este nuevo enfoque, sobre los temas tratados y un día me animé, le escribí a aquel gran hombre para pedirle si podía ir a su hospital y ver en directo cómo aplicaba la terapia que él había desarrollado. 
 
Pensé que no se acordaría de mí, pero me equivoqué. Me contestó diciéndome que se había jubilado. 
Se había retirado totalmente de la medicina, pero me invitaba a su casa en Sevilla para charlar sobre todos aquellos temas cuando yo quisiera. 

Me resultaba díficil de creer, no me conocía de nada, no estaba "apadrinado" por nadie, solo mi curiosidad y mi entusiasmo por delante. 

Un mes después me encontraba en Sevilla, en el salón de su casa recibiendo en forma personalizada el mayor legado que alguien me ha podido regalar en toda mi vida.
 
Aquel hombre tranquilo, paciente y con una mente brillante, me estaba contando toda su experiencia de más de 30 años de trabajo a mí, un desconocido, un don nadie. 

"Morfeo y Neo", el mentor y el alumno, una reproducción en vivo de aquella película que cambio mi forma de interpretar la realidad y me hizo replantear muchas cosas. En lo personal me devolvió a una situación de la cual más de una vez había deseado escapar. 

Fueron largas horas ininterrumpidas de estudio y aprendizaje mano a mano con él, nadie más. 
No se guardó nada, me lo enseñó todo. El hablaba y yo escuchaba, me sorprendía, me emocionaba. No entendía el porqué, porque a mí...
 
Cuando terminamos me dijo "está hecho, ya puedes aplicar todo este conocimiento, solo te pido un favor, cuando empieces a tener resultados, que sé que los tendrás, dalos a conocer, que esto no se pierda". 
 
Le prometí que lo haría. Me llevó al aeropuerto y me marché. Fue una experiencia increíble e inolvidable.  

En el viaje de vuelta a Mallorca no podía dejar de pensar en todo lo vivido ese día. 
 
Ese gran hombre transformó mi vida, cambió mi concepto de la medicina, de lo que yo quería y podía ofrecer a mis pacientes, de la forma en la que quería hacerlo. 

Me regaló una visión distinta, muy diferente a la que yo tenía hasta ese momento. Me regalo sabiduría.
 
Desde aquel momento pasaron ya años y muchos pacientes tratados con excelentes resultados, el primero yo mismo. Pacientes agradecidos que han podido resolver su problema y recuperar su vida.

Hoy me considero un profesional con conocimientos sólidos, un experto en el tratamiento del acúfeno / tinnitus, hiperacusia y misofonía, habiendo desarrollado un programa de tratamiento, que me permite ayudar a quienes sufren estos síntomas a recuperar la ilusión, la felicidad, la tranquilidad y el control de sus vidas.

El ponente, el experto, el mentor y maestro, "Morfeo" se llama Dr. Miguel Angel Lopéz González, yo "Neo" soy Elio Fedullo, nos unió un libro, un libro que yo no busqué, pero que igualmente llegó a mí y me marco el camino. 

Más tarde, cuando tuvo que ser, el destino y la vida se encargaron del resto. Este fue mi particular "viaje". 
Cerré un círculo, volví al origen a mi punto de partida, renovado y transformado. Aprendí muchísimo.
 
Así comenzó mi historia con los acúfenos. “Los sonidos del silencio” llamaron a mi puerta y les dejé entrar. 
 
Al día de hoy "la banda sigue tocando y los grillos cantando", pero mi percepción de la situación ha cambiado, es totalmente diferente,  ya el ruido no me genera ninguna perturbación, de hecho cuando estoy aburrido "los llamo" para que me alegren el día...
 
Gracias a aquel libro, gracias al destino, gracias a la vida, gracias al maestro. 
 
Gracias Miguel Angel por confiar en mí y por haberme hecho el regalo más grande y más bonito que jamás he recibido.

Tu legado no se perderá.

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