El territorio es la realidad externa que te envuelve, es tu medio y entorno social. Es lo que es, de forma independiente. Es objetivo.
El mapa es la representación mental de lo que piensas (lo que percibes) del propio territorio. Es tu propia forma de ver y experimentar las cosas. El mapa es siempre subjetivo y dependiente.
¿De qué depende el mapa? De tus sentidos (olfato, vista, oído, tacto y gusto), de tus creencias, de tus valores y principios, de tus recuerdos, de tus patrones culturales y sociales. Todos ellos son tus filtros. Estos filtros te hacen diferente del resto de personas. Se disparan, consciente e inconscientemente, cada vez que tienes una experiencia, del tipo que sea.
Así, es importante que conozcas y definas tu propio mapa de la situación que quieras explorar. Porque lo que vas a hacer es trabajar tu realidad interna, el mapa.
A partir de aquí tienes 2 pasos a seguir:
1)-Conocer tu propio mapa particular, tu forma de ver las cosas.
2)-Entender como reaccionas ante la realidad objetiva desde tu propio mapa (y los demás también).
Llegados a este punto nos preguntamos:
¿El ruido que percibo es real o es mi interpretación personal de la realidad?
¿Realmente me afecta tanto mi acúfeno o es una representación mental estimulada por mi mapa?
Entonces:
¿Saldrías de la caverna para enfrentarte a la verdad como el sujeto de Platón?
¿Tomarías la pastilla roja para salir de esa realidad construida a la medida de tus expectativas?
Y si te dijera que existe una “cura” para el acúfeno, la hiperacusia y la misofonía, pero no entendiendo el significado de cura como nos lo han enseñado (ausencia total de síntomas o enfermedad) sino como un proceso por el cual te habitúas a una situación que te lleva a vivir en armonía, sin padecer los efectos negativos que estos síntomas provocan. ¿Qué pensarías?
Estamos dormidos y vivimos inmersos en una realidad ficticia, viendo la vida como si fuese real. Es como si llevaramos puestas gafas de realidad virtual, a pesar de saber que lo que vemos no es real, nuestros sentidos lo interpretan como si lo fuera.
Eso es precisamente lo que ocurre, las sensaciones son percibidas como reales por los sentidos y como consecuencia, dejamos de cuestionarnos si estamos despiertos o no, si lo que vemos u oímos es real o no.
Lo que vemos en Matrix es una simulación compartida por los sentidos, sin ser conscientes de la naturaleza de lo que estamos viviendo. Lo mismo sucede con el acúfeno, la hiperacusia y la misofonía.
Por ello te animo a que salgas de la caverna y elijas la pastilla que te devolverá al mundo real, donde encontrarás los argumentos y las herramientas para entender que te pasa, porque te pasa y qué debes hacer para solucionar tu problema.